Historia de la Chia en Mexico...
La chía (Salvia hispanica L.) es un cultivo anual originario del sudoeste de México y noroeste de América Central. Los pueblos asentados en esas regiones la consumen desde los tiempos precolombinos, siendo parte preponderante de su nutrición diaria.
Mesoamérica tenía por entonces al menos veinte especies botánicas domesticadas, con usos diferentes. Cuatro de ellas sobresalían desde el punto de vista nutricional; amaranto, porotos, chía y maíz, constituyendo los principales componentes de la dieta diaria. Su importancia está bien fundamentada en el histórico Códice Florentino escrito entre 1548 y 1585 por Fray Bernardino de Sahagún, titulado Historia general de las cosas de Nueva España. El trabajo de doce volúmenes escrito en nahuatl y castellano se halla en la Bibliotea Laurenziana de Florencia, Italia. Algunos aspectos relacionados con la producción, comercialización y usos de la chía se describen en varios pasajes de este monumental trabajo.
La semilla de chía, según la evidencia científica, comenzó a emplearse en la alimentación humana unos 3.500 años antes de Cristo. Entre 2600 aC y 2000 aC fue cultivada en el Valle de México por las civilizaciones teotihuacanas y toltecas antes de que los aztecas llegaran allí, y entre 1500 aC y 900 aC se empleó como moneda en el centro de México. Se utilizó entera en las comidas diarias mezclada con otros alimentos y emulsionada con agua como bebida refrescante; molida en harina integrando medicinas; prensada para obtener su aceite, utilizado luego como base para pinturas cosméticas tanto para el rostro como para el cuerpo. En la guerra fue indispensable por su condición energizante, se la usó para pagar los tributos anuales que los aztecas exigían a los pueblos conquistados, y fue ofrecida a los dioses en las ceremonias religiosas.
La conquista española reprimió a los nativos, suprimió sus tradiciones y destruyó la mayoría de la producción agrícola intensiva así como el sistema de comercialización existente. Muchos cultivos que mantuvieron una posición preponderante en las dietas de la América pre-colombina fueron eliminados por su estrecha asociación con la religión y tal vez por su incapacidad de adaptarse a las condiciones climáticas europeas, siendo reemplazados por otras especies foráneas (trigo, cebada, etc.) de gran demanda. De los cuatro cultivos principales, el maíz y los porotos, fueron excepción y hoy son dos de los más importantes de la humanidad.
El cultivo de la chía decreció luego del descubrimiento de América. Hoy, en su lugar nativo, la especie está limitada a unas pocas hectáreas con escasas posibilidades de incrementar el área sembrada debido a factores sociales y políticos. Sin embargo, debido a sus condiciones sobresalientes, se ha comenzado a cultivarla en diferentes países en forma regular.
Su composición química y valor nutricional como fuente de ácidos grasos omega-3, antioxidantes y fibra dietética, le confiere un gran potencial para integrar los mercados alimenticios e industriales. Así, la información tecnológica ha dado una excelente oportunidad para crear una industria agrícola, totalmente capaz de ofrecer al mundo un “cultivo nuevo y antiguo a la vez”.